Pensamiento del 06/12/2009.
"De los cuatro elementos, el fuego es ciertamente el que ejerce en
los humanos el mayor poder de fascinación. Contemplan cómo bailan
las llamas, e instintivamente, extienden las manos hacia ellas,
como si sintieran que pueden captar algo. ¿Por qué? Diréis que
es la naturaleza la que les impulsa a actuar de esta manera. Sí,
evidentemente, pero este impulso tiene una razón más profunda.
En las extremidades de nuestros dedos poseemos unos centros muy
sensibles, ya que están dotados de un gran número de células
sensitivas. Incluso se ha podido comprobar que la sensibilidad
de un ser se mide, entre otras cosas, por el abultamiento que
presenta la extremidad de sus dedos. Así pues, cuando extendemos
las manos hacia el fuego, los centros sensibles en la punta de
los dedos comienzan a funcionar: captan el calor así como otros
elementos sutiles y los transmiten a nuestro organismo. De este
modo, no sólo se calienta nuestro cuerpo, sino que nuestro plexo
solar es influenciado favorablemente."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
los humanos el mayor poder de fascinación. Contemplan cómo bailan
las llamas, e instintivamente, extienden las manos hacia ellas,
como si sintieran que pueden captar algo. ¿Por qué? Diréis que
es la naturaleza la que les impulsa a actuar de esta manera. Sí,
evidentemente, pero este impulso tiene una razón más profunda.
En las extremidades de nuestros dedos poseemos unos centros muy
sensibles, ya que están dotados de un gran número de células
sensitivas. Incluso se ha podido comprobar que la sensibilidad
de un ser se mide, entre otras cosas, por el abultamiento que
presenta la extremidad de sus dedos. Así pues, cuando extendemos
las manos hacia el fuego, los centros sensibles en la punta de
los dedos comienzan a funcionar: captan el calor así como otros
elementos sutiles y los transmiten a nuestro organismo. De este
modo, no sólo se calienta nuestro cuerpo, sino que nuestro plexo
solar es influenciado favorablemente."
Omraam Mikhaël Aïvanhov